A través de diversas formas, colores y texturas, Adriana Orlandi pinta su mundo interior. Su obra resulta una búsqueda por los “recovecos casi laberínticos” de su ser para encontrar no sólo una forma de expresión pictórica, sino una declaración de sentimientos y emociones. Seguir leyendo.
Publicado en AIRE n° 46 (febrero de 2014).
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